
Test antígenos
Se realizan a través de una muestra nasal o de saliva y detectan la proteína del virus de manera rapidísima: en cuestión de 10 – 15 minutos. El problema es que «hasta la fecha no disponíamos de test con la sensibilidad y la especificidad necesarios». De conseguirse, serían perfectos para hacer un primer cribado a la población porque ayudaría a desatascar el desbordamiento de los laboratorios.
Test serológico
Se hacen mediante análisis de sangre y permiten detectar los anticuerpos producidos tras el contacto con el virus. Si el resultado en este último test es positivo, quiere decir que hay inmunoglobulinas; la persona analizada ya ha estado expuesta al virus, y falta saber si se trata de una infección activa o pasada. La respuesta a esa pregunta llega al estudiar los tipos de inmunoglobulinas, que pueden ser IgM o IgG. Si el IgM es negativo, no hay contagio actual con el virus, y si da positivo, hay una infección aguda. En cuanto al IgG, si este marcador da negativo quiere decir que la persona no ha estado en contacto con el virus en la amplia mayoría de los casos, aunque puede darse la circunstancias de que el contacto con el virus sea tan reciente que aún no se hayan generado anticuerpos. Si el IgG es positivo, indica que hubo una infección en el pasado, y no aguda, porque se entiende que no hubo sintomatología si el paciente no llegó a enterarse